La eficiencia energética se puede definir como el conjunto de medidas destinadas a reducir el consumo de energía y mejorar su utilización con el fin de proteger el medio ambiente y asegurar el abastecimiento y la sostenibilidad energética. Para los usuarios de un edificio, una mayor eficiencia supone un mayor ahorro en el consumo de energía de las instalaciones de calefacción refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación.

Desde 2013 y con algunas excepciones, todas las viviendas, locales y edificios que se ponen a la venta o en alquiler en España deben contar con un certificado energético. Las comunidades autónomas son los organismos encargados de gestionar la aplicación de esta normativa. Estos certificados se expiden tras la realización de un estudio de eficiencia energética realizado por un técnico certificador habilitado que puede ser un arquitecto, arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico.

Tras la realización del estudio de eficiencia energética, los técnicos otorgan una calificación en una escala que va de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente). En la mayoría de los casos, las mismas empresas técnicas que realizan la certificación se encargan de su registro en los organismos competentes de cada comunidad autónoma.

Un estudio de eficiencia energética consta de dos partes: la auditoría,  que recoge las características del edificio y le otorga una calificación energética, y las recomendaciones del técnico, con propuestas para la mejora de la eficiencia y medidas de ahorro.

Fuente: European Commission

Fuente: European Commission

¿Qué datos recoge un estudio de eficiencia energética?

  • Datos generales: año de construcción y zona climática en la que se encuentra en edificio. La antigüedad del edificio sirve para conocer las normas que se aplicaron en el momento de su construcción y la localización afecta a las necesidades de calefacción, refrigeración e iluminación del inmueble.
  • Superficie y altura: se tiene en cuenta la superficie útil total habitable y se separan los espacios no destinados al uso permanente de personas como garajes, trasteros o desvanes. La altura libre sirve para determinar el volumen de los espacios habitables y cuantificar las pérdidas por ventilación.
  • Fachadas, cubiertas y cerramientos: estos aspectos permiten valorar las pérdidas térmicas del edificio o vivienda. Se tiene en cuenta la superficie total de las fachadas y la orientación de las mismas, así como los elementos externos al edificio que pueden arrojar sombra. Además de la superficie de fachadas, cubiertas y cerramientos, se consideran los materiales utilizados en las mismas, tipos de acristalamiento, sistemas de aislamiento y, en definitiva, todos los factores que puedan afectar a la estabilidad térmica.
  • Sistemas de climatización, generación de agua caliente sanitaria e iluminación: Se estudia el consumo de los equipos principales, el tipo de energía que utilizan, la fecha de su instalación o de la última renovación y el porcentaje de superficie al que sirven. En el caso del agua caliente sanitaria, se tiene igualmente en cuenta si para su generación se utiliza la energía solar.

 

Fuente: European Commission

Fuente: European Commission

Recomendaciones sobre eficiencia energética

Además del análisis y valoración de los datos recogidos, los estudios de eficiencia energética deben presentar una lista de recomendaciones para mejorar el consumo energético del edifico o vivienda analizado. Estas recomendaciones no son de cumplimiento obligado y muchas veces no son tenidas en cuenta debido a los gastos de inversión que conllevan. Por esta razón, muchos se cuestionan la verdadera eficacia ambiental de este tipo de normativas y estudios.

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